viernes, 20 de marzo de 2009

me quiere no me quiere me quiere no me quiere. Esa lacra llamada celos y su amigo sin fundamento

Dices que es a mí y no a ti a quien amas, sin embargo, me
pides exiges que por amor a ti deje de hacer ciertas cosas... o de ver a cierta gente, porque te molesta, te incomoda, te oprime, porque te repercute negativamente que lo haga y te sientes mal, aún a sabiendas de que me molesta, me incomoda, me oprime, de que me repercute negativamente no hacerlo. Es decir, quieres que yo haga (sufra) por ti, por amor, eso que diciéndome que no haga, ya queda claro que tú no estás por la labor de hacer (sufrir) por mi, por amor, porque prefieres que sea yo y no tú quien se joda y lo pase mal... por amor.
El que no claudique parece ser un atentado a nuestra relación, una sacrílega muestra de egoísmo por mi parte, un sólo pensar en mí, un no pensar en el bien común... porque el bien común, me temo, se reduce a tu bienestar... si no, de qué ibas a quejarte tú que podías habértelo tragado, (que es lo que quieres que haga yo, tragar y joderme), desde un principio y no dar pie al problema, o simplemente, dar tu brazo a torcer al darte cuenta de que tu exigencia (exigencias, porque es un mal que se extiende a una velocidad ultrasónica) produjo (produjeron) el kaox, con K y X, que suena más catastrófico.
Cuando hablas de tu intenso enamoramiento, ¿es de mí?, ¿o de la persona que te escupe el espejo de quien hablas?

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio