miércoles, 28 de mayo de 2008

Niños

Lloraba abrazado a mi hermana, en el salón, cuando entró mi sobrino; su hijo, de cuatro años, acababa de despertarse de la siesta.
- ¿Qué te pasa Tito?,- me preguntó.

No respondí. No podía.

- ¿Qué le pasa al Tito, mami?

- Nada cariño, ve a jugar con tus cosas.

- ¡Jo! Pero dime qué le pasa al Tito.

- Está malito.

- Vaya! pobrecito, ¿Tienes fiebre Tito?


- No, no tiene fiebre Fede, ve a jugar.

- Espera que me lo diga él.


- No espero nada. Ya te dicho qué le pasa, ahora juega. Cumple con tu parte del trato.

- Jooooooo. La última.


- No.


- Jooooo. La última y te prometo que me voy a jugar.


- No.

- Jo! vale, pues entonces no juego.


- Vale, pues no juegues, pero no molestes.


- ¿Y me lo dices?

- ¿Qué?

- ¿Si no molesto me lo dices?


- No cariño, no seas pesado.

LLegó mi cuñada de la calle. Hablaba por teféfono, de mi.

- A Martín le han dicho que tiene SIDA... no sé, hoy, esta mañana creo... no, aún no le he visto... pues imagínate... íremos ahora a verle... con el niño, sí... no digas chorradas mamá...

Me vio.

- ¿SIDA?, ¿Eso es lo que tienes Tito?, ¿SIDA?

- ¡Fede!

- Venga te dejo mamá, que está aquí.

- ¿Qué?, jolín mamá, quiero saberlo.

- Sí, mamá, yo se lo digo.

- ¿Tienes SIDA Tito?

- El niño, que me ha oído hablando contigo.

- Fede, te estás pasando ya.

- Venga, ciao.

- ¿Por qué e e?, jo.

- Mi madre, que luego te llama.

- Sí, Fede,- acerté a decir,- tengo SIDA.


- ¡Vaaaya!, pooobre... bueno, no pasa nada.

Se fue.

Sonreí. Niños. Qué sabrán ellos, son tan inocentes.

Se oyó un terremoto en su habitación, como kilos y kilos de compacs caídos.

- ¿Qué pasa ahí?,- gritó mi hermana.

- Nada. Toma Tito, deja de llorar,- dijo extendiéndome un disco,- cúratelo con el Norton.

Le abracé.

- Ves como no pasa nada.

- Claro que no.

- Pues venga, no estés triste, vamos a jugar al Nidodespil (Need For Speed), que man comprao un volante pal ordenadó.

- Eso está hecho. Ve encendiendo el PC, voy ahora mismo.

- Te llamo cuando esté encendido ¿vale?

- Ok.

Se fue.

- Joder, lo siento.

- Vaya personaje de niño tenéis... ¿Hablamos luego mejor no? a la noche.

- ¿Te quedas a cenar?

- Y a dormir.

- Pues recuérdame que te cambie las sábanas.

- Ya las cambio yo, no te preocupes, me voy adentro con Fede.


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